Pensando en el Mundial, 2013 era fundamental para la Selección: definía su pasaje a Brasil y, de hacerlo, conocería a sus rivales para tal cita. El equipo dirigido por Alejandro Sabella no sólo se clasificó sino que acabó el año con un guiño de la suerte en el sorteo, aunque no fueron los resultados los que generaron dudas, sino el nivel de juego en algunos sectores.
El año comenzó con un triunfo ante Suecia en Estocolmo, por 3-2 y sirvió como un buen resumen para lo que se vendría: potencia ofensiva (Gonzalo Higuaín -2- y Sergio Agüero meterían los goles) y anemia defensiva (dos goles de pelota parada). Oficialmente, haría su debut en marzo, frente a Venezuela, por las Eliminatorias y fue con un triunfo contundente: 3-0. Cuatro partidos después, conseguiría la clasificación al Mundial con una goleada ante Paraguay, en septiembre.
En el medio, empataó con Bolivia, Colombia y Ecuador. Luego de asegurarse su lugar en Brasil, derrotó a Perú y cayó con Uruguay sólo para la estadística que no se vio alterada: terminó la Eliminatoria en primer lugar. Aún así, las críticas hacia la defensa y Sergio Romero, el 1 titular en el seleccionado y suplente en Mónaco, siguen. A eso se le sumó la lesión de Lionel Messi que le impidió jugar en la gira por Estados Unidos, en noviembre donde empató Ecuador y Bosnia Herzegovina. El deseo de que llegue en condiciones para junio de 2014, se transformó en un ruego.
El objetivo, luego de la clasificación, pasaba a ser el sorteo del 6 de este mes en Costa de Sauipe. Salir airoso, por más que dependía del azar. Finalmente, el bolillero fue generoso e integrará el grupo F con Bosnia, Irán y Nigeria. El debut será el 15 de junio frente a los europeos en el Maracaná. Pero no solo fue beneficiado con rivales accesibles sino con traslados cortos: Río de Janeiro, Belo Horizonte (donde se aloja) y Porto Alegre, todos en el sur.
Antes de eso jugará amistosos en Bucarest, ante Rumania el 5 de marzo; en Rosario el 4 de junio (rival a designar) y el 7 de junio en Buenos Aires, ante Eslovenia.